Antes de saber que me definía y el porque del palpitar de mi corazón, se que ya palpitaba enviando señales de vida a su causa gemela. Desde entonces no se rinde, pacientemente estuvo esperando en que me dedicara a escuchar su baja, sutil y sabia voz. Y aunque años pasaron acompañada por los ruidos de la ciudad, mi corazón supo mantenerse con fe y esperanza que le de atención.
Consiente que la marea llamada "sociedad" me habría llevado lejos de mi verdadero punto de partida y que si no luchaba contra tal nunca vería el día de mañana acompañado con un buen amanecer. Ya que la misma vida me hundiría. Noches me habré pasado con insomnio pensando y dando vueltas en una cama al saber que yo no era la de antes. Que la niña que fui ayer se habría marchado con el tiempo. Tal vez ella si vio la salida, señalizacion que me paso por alto con las misma turbulencias de la vida. Quisiera encaminarme, pero no se donde.
Ya pase la etapa donde tuve yo misma llenarme de valor y coraje para afrontar a los orgullosos de mis alcances. Alcances que muchos fueron para ver la sonrisa de la que mas amo y admiro. La enfrente para poder yo misma escuchar la voz sutil dentro de mi. Ya no quería seguir siendo una víctima mas del secuestro manteniéndome atareada con solo momentos libres, lo suficiente para pensar que tan agotada y con sueño me encontraba, donde solo conseguía un solemne recargo de pilas para poder seguir la vida de robot-humanoide del siglo XXI.
Pero ahora que he visto mi motivación y la inspiración que me llevará al auto-cumplimiento de mi ser, donde reinara la paz. En cambio mi único problema es el no tener una brújula apuntando las coordenadas para emprender mi viaje con destino de llegada armonía. Es esa coordenada que echo de menos, con ella se que el triunfo sera alcanzable, esa coordenada, esa oportunidad la espero pero temo no ser paciente como mi corazón lo fue. Los años me pasan y solo puedo contarlos.